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Nicolás Roldán

Nicolás Roldán es apicultor, tiene 28 años de edad, nació en la ciudad de Salto, donde vive actualmente junto a Paula y Apolo (su perro), en una vivienda del barrio Manuel Oribe.

Su familia y su vínculo con el campo

Su madre trabaja como gerenta de un hotel y del parque termal Aguas Claras, a diez kilómetros de Salto; y su padre es funcionario municipal. Tiene tres hermanas menores: Lucía, Lusmila y Sofía.

 

Comenzó a trabajar en el campo en el año 2013, en la chacra de Pablo Bordagorry, ubicada en la Colonia 18 de Julio, zona cercana a la ciudad de Salto. “Si me preguntas cuándo comenzó mi vínculo, pienso que siempre ‘me tiró el campo’", nos dice.

 

Estudió dos años en la Facultad de Veterinaria - UdelaR, pero luego decidió dedicarse a la apicultura, rubro que desarrolla desde sus 21 años.

Sus inicios en la actividad apícola

“Comencé trabajando como empleado del apicultor Pedro Pedocchi, atendiendo la extracción de miel en la sala del grupo de apicultores de la Sociedad de Fomento Rural de Salto”, tarea que desarrolló hasta el año 2022. “Fue Pedro el que me enseñó la mayoría de lo que sé; hasta el día de hoy sigo aprendiendo de él. También fue él quien me dio la oportunidad de hacer mi propio camino en la apicultura. Hoy en día somos socios y muy buenos amigos. Actualmente me encargo de atender las colmenas y de la comercialización de la miel. Son tareas que me encantan y me alegro de poder trabajar de lo que me gusta”, cuenta Nicolás.

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Su experiencia de participación y su llegada al Sistema de Fomento Rural

Nicolás recuerda que “en el año 2014, Pedro presidía la SFR Salto y me empezó a llevar a las reuniones de apicultores”. Esa participación lo llevó a vincularse con la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), comenzando a participar en la Comisión de Jóvenes Referentes del Sistema de Fomento Rural, siendo delegado por dicha organización de base, con apenas 19 años: “la primera actividad en la que participé fue un Encuentro Nacional de Jóvenes en La aloma – Rocha”, recuerda. “El grupo de jóvenes referentes es mayor que cuando comencé a participar. Eso habla bien de CNFR y de los jóvenes. Hay más oportunidades que antes en algunas partes de la ruralidad”.

Posteriormente, Nicolás se encargaba de coordinar las reuniones de los apicultores de Salto e incluso estuvo a cargo de la sala de extracción de miel comunitaria que pertenece a la SFR Salto. Hoy la sala pasó a estar a cargo de otro apicultor integrante de la Mesa Apícola de Salto.

“Tengo el foco puesto en Salto, se vienen nuevos desafíos. El grupo de comercialización de Salto, integrado por productores de cuatro sociedades de fomento rural, está creciendo; también se viene la Central Hortícola del Norte. Son cosas por las que otros pelearon antes y hoy nos toca a los que estamos cuidar y desarrollar lo que tenemos”, reflexiona.

 

Dado que ha tenido que asumir estas responsabilidades a nivel local, Nicolás ya no participa en la Comisión de Jóvenes Referentes, pero a partir del año 2021 fue electo como integrante del Consejo Directivo de la CNFR en representación de la SFR de Salto. Además, es el delegado alterno de CNFR en la Comisión Honoraria de Desarrollo Apícola.

“Presidir la SFR es un gran desafío, la infraestructura, la historia que ésta tiene, hablan de su época de oro; los dirigentes que antes estuvieron dejaron la vara bien alta y espero que los que estamos ahora podamos estar a la altura y cuidar todo eso. Hoy me siento parte de algo más grande: la familia de CNFR.”

Su visión sobre el relevo generacional

Nicolás entiende que “hoy en día, no todas las personas jóvenes estudian y se quieren ir del campo, varios se quieren quedar y hay otras personas, como yo, que habiendo nacido en la ciudad, se quieren ir al campo”.

 

“Todavía queda mucho por hacer; cuando empecé a participar, las preocupaciones de los jóvenes eran muy similares a las que hay hoy, yo pensé que los que estábamos íbamos a arreglar todo; sin dudas, que hay que tener paciencia, el mundo no se arregla en tres días ni en tres años. Pero sí hay un lindo camino recorrido y hay que pasarle la posta a otros para que sigan adelante”.

“Mi mensaje para los dirigentes jóvenes es que no se queden callados. Soy de las personas que más le gusta escuchar las experiencias de los mayores y que respeto mucho sus opiniones, pero no hay que olvidarse que los que tenemos más tiempo por delante, cualquiera sea el rubro al que nos dediquemos, somos los más jóvenes. Somos parte de la realidad de hoy, seremos parte de la agricultura familiar que se viene y tenemos que ser los primeros en opinar sobre qué futuro queremos para nosotros mismos”.

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