En un evento realizado con la agencia española FIIAPP, la Unión Europea, la AUCI y los Ministerios de Ganadería y de Ambiente, fueron presentados los resultados logrados luego de 4 años de trabajo con familias ganaderas criadoras a través del enfoque de co-innovación.
El proyecto Ganadería Familiar Resiliente, ejecutado por CNFR con el apoyo del INIA, ha sido financiado por el programa EUROCLIMA+ en su primera y segunda fase, por FIDA en su fase puente, y por el INAC en la segunda fase. Fue iniciado en el año 2020, cuando se seleccionaron las 6 Sociedades de Fomento Rural y las 51 familias ganaderas criadoras que participaron de este proceso de co-innovación para apoyar la implementación de buenas prácticas ganaderas, con el objetivo de mejorar la adaptación y la resiliencia al cambio y la variabilidad climática de estos sistemas, generando lecciones aprendidas sobre el proceso para todos los actores involucrados. Se trabajó en la región de Basalto Norte junto a las SFRs de Vera y Cañas, Colonia Artigas y Pueblo Lavalleja, y en la región de Sierras del Este con las SFRs de Pan de Azúcar, Ortiz y Ruta 109.
En cuanto a los resultados alcanzados a nivel de los predios, cuando se realizó la etapa de caracterización y diagnóstico, se observó que el grado de implementación de las buenas prácticas en el promedio de los predios se ubicaba en torno al 23%. Cuatro años después, el uso de estas buenas prácticas se incrementó notoriamente hasta alcanzar el 71% de implementación en promedio. Cada familia, junto al técnico de campo, definió cuales eran las prácticas que se comenzaron a aplicar en los rediseños prediales, buscando levantar algunas limitantes que permitieran mejorar los resultados y alcanzar las metas trazadas. Se destacan las prácticas de gestión del pastoreo (empotreramiento, ajuste de carga, reserva de potreros), de manejo reproductivo (estacionalización del entore en primavera y ajustes en la fecha y duración de la encarnerada, revisación de reproductores, control de amamantamiento, uso de ecografías de diagnóstico), de manejo nutricional (priorización de las recrías, destete definitivo en otoño temprano), de manejo sanitario (plan sanitario anual), y de registros y planificación predial.
El incremento alcanzado en el uso de las buenas prácticas ganaderas derivó en una mejora general de los resultados productivos y económicos luego de 4 ejercicios, a pesar de la larga y profunda sequía que afectó al país en el período 2021-2023. A continuación se muestran los resultados obtenidos en el promedio de los predios, para los principales indicadores.
10 % de disminución de la carga animal en promedio
2,3 % de aumento de la producción de carne promedio de los 4 años
27 % de aumento del Producto Bruto
17 % de aumento de los costos directos
40 % de aumento del Margen Bruto
Estos resultados se lograron manteniendo las emisiones de Gases de Efecto Invernadero por debajo del promedio de la ganadería nacional.
Sobre los impactos a nivel de las organizaciones locales y de las regiones de trabajo, se destacan la alta participación e interés de los actores locales en las instancias de difusión realizadas en las dos regiones. La experiencia del proyecto Ganadería Familiar Resiliente ofició como impulsor de nuevas iniciativas locales, como por ejemplo las presentadas por técnicos y familias ganaderas al llamado "Senda Agroecológica" del MGAP-BM.
El proyecto también contribuyó a generar nuevos vínculos y aprendizajes entre instituciones y organizaciones locales, y a la formación de los actores involucrados. Esto permitió reforzar los apoyos y la implementación de medidas apropiadas en momentos críticos de la sequía, como el acceso colectivo a alimentos para el ganado, reduciendo la vulnerabilidad de los sistemas y las familias.
Esta experiencia concreta de co-innovación liderada por una organización de productores familiares (CNFR) con el apoyo de INIA y el INAC, permite plantear esta alternativa como una estrategia que ha logrado avances reales en la implementación de tecnologías que tienen varios años de validadas, pero una brecha persistente en su aplicación a nivel productivo. En este sentido, Ganadería Familiar Resiliente ha demostrado que es posible que determinadas organizaciones de productores asuman, en determinadas condiciones, con apoyo de los centros de investigación y otra institucionalidad agropecuaria, un rol de liderazgo de estos procesos en el marco de la articulación para el desarrollo de un sistema nacional de extensión público – privado.
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