Colectivo agroecológico
Las Gurisas
Está conformado por tres mujeres jóvenes —Lucía Rodríguez, Mariana Pérez y Lucía Cordero— que nacieron y crecieron en diferentes lugares del interior del país, y se encontraron en Montevideo para acceder a la formación universitaria, donde comenzaron a convivir desde principios del año 2019.
Culminando sus carreras de grado (dos de ellas en ingeniería agronómica y una en trabajo social en la Universidad de la República (UdelaR)) gestan de forma colectiva un proyecto productivo, motivadas por la idea de vivir de la producción y en el medio rural.
Como colectivo, se encuentran radicadas en la Unidad Cooperaria N° 1-Cololó y forman parte del grupo Jóvenes por la Soberanía Alimentaria de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas del Uruguay e integran la regional oeste de la Red de Agroecología del Uruguay.
Sus orígenes y vínculos con lo productivo y lo rural
Lucía Cordero González
Tiene 26 años de edad, es hija de productores familiares hortícolas (en una extensión de 3 hectáreas) en la zona de Mangangá, departamento de Canelones, asociados a Calmañana, CALSESUR, grupo de productores de Mangangá vinculado en su momento a la Sociedad de Fomento Rural de Tala.
Actualmente, se encuentra cursando el último ciclo de ingeniería agronómica, opción Producción Combinada Intensiva (hortícola - ganadero), con previa formación en bachillerato agrario en la Escuela Agraria de Montes, Canelones.
Lucía participa de la Comisión de Jóvenes Referentes de Sistema de Fomento Rural de forma intermitente (sobre todo por razones de estudio) desde 2011; actualmente mantiene una participación activa y es una de las delegadas de la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR) en la Comisión Honoraria de Juventud Rural (CHJR) desde su reactivación.
También ha participado en otras experiencias a partir de su vínculo con la Universidad y la extensión (2°, 3er y 4° Encuentro de Formación y Trabajo en Centro de Formación Popular de Bella Unión (Proyecto de Extensión Universitaria), Bella Unión, 2011, 2012 y 2013; y entre 2014 y 2020 en la Asociación de Estudiantes de Agronomía).
Lucía Rodríguez Acosta
Tiene 26 años de edad, también es hija de productores familiares hortícola - ganaderos (en una extensión de 7 hectáreas) de la zona de Puntas de Pedrera, departamento de Canelones. Se encuentra finalizando sus estudios de Licenciatura en Trabajo Social; su formación en educación media fue en la Escuela Agraria en Alternancia de Montes, departamento de Canelones.
Desde su vínculo con la Universidad, participó del 2° y 3er Encuentro de Formación y Trabajo en Centro de Formación Popular de Bella Unión (Proyecto de Extensión Universitaria), Bella Unión, 2011 y 2012.
A partir de fines del 2021, comenzó a vincularse de forma honoraria con la Comisión de Mujeres Referentes del Sistema de Fomento Rural, con la finalidad de conocer y contribuir a su coordinación técnica.
Mariana Pérez Polanco
Tiene 30 años de edad, se crío en la ciudad de Maldonado. Recuerda que “durante la crisis del 2002, cuando yo tenía 10 años de edad, en la casa de mi abuela se vuelve a hacer la huerta familiar y desde ahí me interesé por la producción de alimentos”. Se encuentra finalizando estudios de ingeniería agronómica, opción Producción Vegetal Intensiva (hortícola - frutícola).
Su formación formal y no formal ha sido enfocada a la agroecología; sus trabajos, desde el inicio de la carrera, se han relacionado de distintas maneras con la educación ambiental en huertas urbanas educativas y/o comunitarias en escuelas de Casavalle (Montevideo), con la producción de Microorganismos Eficientes Nativos y comunidades educativas transformadoras”.
Participó de la Asociación de Estudiantes de Agronomía, de la Red de Huertas Comunitarias desde sus inicios y desde 2015 participó de los encuentros de Núcleos de Agroecología Regional Sur - Brasil. Actualmente, está participando de la Comisión de Tierra y Colonización de CNFR, como delegada por la Unidad Cooperaria N°1-Cololó.
Los inicios productivos del Colectivo y parte de su proceso
En búsqueda de la posibilidad de desarrollar ese proyecto productivo que gestaron de forma colectiva con las ganas de vivir de la producción y en el medio rural, comienzan a postularse a varias convocatorias de acceso a tierra: entre otras, se presentan a un llamado de Tierra para Jóvenes del Instituto Nacional de Colonización (INC) y otras instituciones; finalmente, es una cooperativa la que les da la posibilidad de desarrollar su proyecto, aprobándoseles el ingreso y la radicación en la Colonia Instrucciones del Año XIII del INC, gestionada por la cooperativa agraria Unidad Cooperaria N° 1 (UCN°1) (https://youtu.be/WxmNhqFCW4U), organización afiliada a CNFR, ubicada en el departamento de Soriano, a 30 kilómetros de la ciudad de Mercedes.
A fines del año 2019, la UCN°1 realizó un llamado abierto, convocando a un grupo de jóvenes para desarrollar horticultura agroecológica en la colonia. “El llamado se alineó mucho a nuestras motivaciones iniciales, por tratarse de una convocatoria que promueve la producción agroecológica y el trabajo asociado, en un lugar que representa un modelo de producción agraria asociativa con vida comunitaria familiar en el medio rural”, cuentan las jóvenes. Se presentaron al llamado y en febrero de 2020 fueron notificadas de la aprobación de su propuesta, comenzando desde ese momento a ajustar el acuerdo entre el colectivo Las Gurisas y la UCN°1, a partir del cual esta cooperativa brinda una vivienda para el colectivo.
En agosto de 2020 comenzó la radicación del Colectivo agroecológico Las Gurisas en la UCN°1. Desde su radicación en la colonia, y ya siendo parte de la comunidad, desarrollan una hectárea de horticultura agroecológica, produciendo diversas hortalizas frescas, a partir de las cuales procesan conservas, mermeladas y salsas, reproduciendo y conservando semillas criollas y aportando a la seguridad alimentaria de las personas en el territorio.
Además, la producción hortícola complementa la propuesta de Turismo Rural que se ofrece desde el grupo de mujeres que conforman “La Cooperaria Turismo Rural”, colectivo del cual forman parte junto a otras mujeres; siendo un espacio demostrativo y abierto a quienes visitan la UCN°1, posibilitando el acercamiento directo a la producción de alimentos, que también tienen como destino las comidas que se ofrecen a visitantes.
En el marco del acuerdo con UCN°1, uno de los compromisos del Colectivo agroecológico Las Gurisas es la producción continua de flores, plantas ornamentales, árboles y arbustos “para el embellecimiento del lugar, aportando de esta manera también a la propuesta turística y a la felicidad comunitaria”.
Desde el Colectivo Las Gurisas afirman que: “estamos convencidas de que la agroecología es la forma de producir de modo respetuoso con el medio, que nos representa y queremos desarrollar; y además entendemos importante poder poner al servicio de la comunidad, nuestra formación, tanto académica como la adquirida en la participación de grupos".
Entienden que "Cololó es un espacio propicio para desarrollar este proyecto y creemos con gran potencial para la generación de espacios agroecológicos por su diversidad de rubros productivos, riqueza biológica, disponibilidad de recursos tecnológicos, materiales, naturales, y por su entramado social, cultural, histórico, organizacional y político. Para esta dimensión social de la agroecología, en lo que respecta a la defensa del territorio y la acción participativa, es primordial la generación de intercambios con los distintos actores que hoy lo constituyen”.
“Las mujeres y las juventudes debemos organizarnos y formarnos, nucleándonos con otras y otros, ampliando la diversidad y construyendo en colectivo”
La comercialización de la producción
Las estrategias son variadas, con diferentes canales. En primera instancia, “comercializamos verduras frescas, conservas y plantines a las/los habitantes de la colonia y al grupo de mujeres que gestiona el emprendimiento de Turismo Rural La Cooperaria, para la preparación de comidas a los visitantes”. Por otra parte, “utilizamos vínculos y contactos comerciales de UCN°1, sumando nuestros productos a la oferta de lácteos. En ese sentido, comercializamos a grupos de vecinos/as de la zona organizados para el consumo. También desde hace ya más de un año venimos desarrollando una dinámica semanal de trueque de productos con un local de venta de frutas y verduras ubicado en la ciudad de Mercedes”.
Además, realizan en la Cooperaria, ferias vecinales con una frecuencia trimestral. Son ferias estacionales abiertas a la comunidad de la colonia y zonas cercanas y en las que además participan vecinas ofreciendo y mostrando sus productos artesanales; los espacios de feria no son solo una estrategia de comercialización, sino también un espacio de encuentro e intercambio que fortalece la economía social y solidaria del territorio.
“Un aspecto importante a promover para nosotras, en relación a la comercialización, viene siendo el ejercicio de trueque de productos, por lo que siempre priorizamos esa opción que permita intercambios no monetarios y la circulación de productos locales”, agregan.
La economía del Colectivo
Los ingresos generados por cualquiera de las integrantes son manejados de forma colectiva, “apostando a tener un manejo de la economía que contemple las necesidades individuales y colectivas. Además, una de nosotras es trabajadora zafral de la UCN°1, obteniendo un ingreso variable por fuera de la actividad productiva del colectivo”.
“Las mujeres y las juventudes debemos organizarnos y formarnos, nucléandonos con otras y otros, ampliando la diversidad y construyendo en colectivo”
“Sea en el campo, las ciudades, ríos o bosques, la práctica cotidiana de las mujeres es, al mismo tiempo, de resistencia a los ataques del capitalismo patriarcal sobre la vida y de construcción del mundo en el que queremos vivir”
Organización del trabajo en el Colectivo
En relación a la organización de actividades y tareas, llevan adelante una propuesta que prioriza la toma de decisiones estratégicas de forma colectiva y la toma de decisiones tácticas y operativas distribuidas en roles, que responden a experiencias previas, gustos y afinidades por las tareas que implican.
En cuanto a lo productivo, “realizamos planificaciones por estación, siguiendo los tiempos de los cultivos, pero además incluyendo y considerando actividades del grupo de turismo, de participación en organizaciones como comisiones de CNFR, Red de Semillas Nativas y Criollas del Uruguay y Red de Agroecología del Uruguay, así como actividades personales. En nuestra convivencia priorizamos los cuidados desde lo común y la reciprocidad, apostando a la comunicación y basadas en convicciones comunes”.
Mensaje para otros/as jóvenes y mujeres
“Las mujeres y las juventudes tenemos un rol fundamental en la resistencia de la agricultura familiar en el medio rural y especialmente en la producción de alimentos para la soberanía alimentaria, desde nuestro aporte en el quehacer cotidiano y cuidado de la vida; rol que muchas veces resulta invisibilizado. Es necesario organizarnos y formarnos para potenciar nuestras experiencias desde el intercambio, nucleándonos con otras y otros, ampliando la diversidad y construyendo en colectivo. Es por esto, que desde nuestro lugar apostamos a la agroecología como forma de vida que contribuye a la transformación de la realidad de los territorios que habitamos”.